Hoy en ufopolis estudiamos la famosa toma de «La Dama marrón de Raynham Hall», una de las más tomas más importantes del mundo paranormal de la historia y que desde luego ha hecho correr ríos de tinta en diferentes foros desde hace más de ocho décadas. Una toma que ha sido objeto de diferentes exámenes ópticos y gráficos para determinar su validez sin que nadie haya conseguido ninguna prueba fehaciente de la posibilidad de fraude o manipulación. Y es que es tan extraña, que no es para menos.
La toma nos muestra una sombra blanca descendiendo de unas escaleras en dirección al fotógrafo y es nítida, definida y translúcida, encajando con las descripciones de los llamados «ectoplasmas» que aparecen en la literatura relacionada con fantasmas en todo el mundo. Fue tomada el 19 de septiembre de 1936 por parte de dos fotógrafos contratados por la revista Country Life quienes acudieron a un conocido castillo del siglo XVII situado en Norfolk, Inglaterra. Las habladurías sobre la leyenda de un espectro en pena corrían por el condado y qué mejor que mandar a dos profesionales para tratar de inmortalizarlo. El resultado fue más allá de lo esperado.
Indre Shira y Luck Provand, los dos camarógrafos estuvieron recorriendo todas las estancias en donde supuestamente había sido visto el ser. Ni rastro de él durante toda la mañana. Comieron allí y a eso de las cuatro de la tarde, cuando se encontraban cerca de la escalera de la casa, ocurrió un incidente extraño. Shira sostenía el flash, mientras que Provand comprobaba el pulsador de disparo. Y de repente, una figura fantasmal comenzó a acercarse a ellos bajando lentamente las escaleras. No podían dar crédito a sus propios ojos. Aquellos fotógrafos eran excépticos hasta el infinito y consideraban aquel trabajo prácticamente una tomadura de pelo. Pero ahí estaba aquello delante de ellos.
Shira gritó del susto y en ese momento, su compañero que no estaba mirando en esa dirección tuvo el increíble acierto de darle al botón casi por la impresión de ver a su amigo. Aquello se desvaneció en el mismo momento. Shira le contó a Provand lo que había pasado, pero éste casi no podía creerselo.
El primero le dijo que podrían haberlo captado y que ya estaban tardando en ir a revelar la foto. Rápidamente los dos se miraron y salieron disparados hacia el laboratorio con la intención de revelar ipso facto la toma. Llegaron como una exhalación a las oficinas y cogieron a un tímido contable de la publicación para que ejerciera de testigo ante el histórico revelado de la foto que luego daría la vuelta al mundo.
Habría que haber visto la cara del contable en aquel momento y el revuelo de la redacción. El contable dio fe de que los pasos seguidos en el revelado eran los correctos y esperaron a que efectivamente los papeles de revelado y el nitrato de plato hicieran su efecto. La expectación era máxima allí. Y salió, vaya si salió. Aparecía lo que parecía una mujer alta, sin facciones, vestida con ropajes translúcidos. Aquello encajaba con la leyenda de la «dama marrón» que había habitado en la casa hacía ya mucho tiempo. Un drama que investigaron y que desde luego ponía aún más elementos interesantes en la historia.
El bonito castillo de Raynham Hall pertenecía al segundo vizconde de Townshend, un hombre poderoso llamado Charles Townsend. Tristemente viudo, en 1712 contrajo matrimonio con una bella mujer llamada Dorothy Townsend, quien le dio siete hijos. Pero Dorothy escondía un irrevelable secreto. Era amante de un hombre llamado Wharton, al que quería profundamente desde antes del matrimonio. Al enterarse su marido, la confinó por siempre en un cuarto donde moriría el 29 de Marzo de 1726. Su marido, el brutal vizconde expuso ante la sociedad de la época que había muerto por viruela, algo nada extraño incluso para la gente de clase alta.
Su castigo fue fatal. No podía ver a sus hijos ni a nadie y apenas era alimentada. Su pena, según esta historia, era tan profunda que dejaba mella en todos aquellos que se acercasen a sus forzados aposentos. Habría quedado prácticamente como un alma en pena en aquel castillo, ya maldito para siempre. Y digo maldito porque el mismísimo rey Jorge IV de Inglaterra cuando se alojó allí en el año 1800 fue testigo de las andanzas de este singular espectro. A medianoche, el rey se despertó sobresaltado, nervioso y sudoroso viendo como un visitante de dormitorio con el mismo aspecto que la señorita Dorothy le observaba silenciosamente al lado de su cama. Tardó menos de una hora el rey en largarse de allí con todo su séquito.
Luego en diciembre de 1835, el coronel Loftus del ejército británico también contó su encuentro con el espectro de Dorothy en lo que había sido aquel dormitorio siniestro que la recluía. En un principio la vio frente al espejo pero se desvaneció. Después la vio flotando sobre la escalera portando lo que parecía ser una lámpara de mano. Hombre de pocas fantasías, la impresión que se llevó fue tan grande que hasta hizo bocetos para entregarlas al resto de invitados, que encima eran sus superiores.
Otro avistamiento que podemos rescatar del olvido incluye a otro militar, el capital Frederick Maryat y dos sobrinos suyos, también de visita en la casa que la contemplaron en el pasillo con la misma luz que había visto el coronel Loftus. Las visiones siempre eran de una entidad semitransparente con ropajes de mujer. El pánico de hecho en este último avistamiento invadió al capitán Maryat que aseguró que aquel espectro le había llegado a dirigir una tenebrosa y maquiavelica sonrisa. Llegó a dispararla en ese mismo momento, pero la bala atravesó aquel ser e impactó con la pared. Balas contra fantasmas.
En 1926, hubo otro caso de dos niños que la describieron como una «señora de gasa», y desde ese entonces han sido muchos los avistamientos de este espectro. En cuanto a la fotografía, llama la atención la extraña disposición de las barandillas, aunque no tenemos referentes de la misma en otras tomas. También existe un espejo que podría resultar en un espejo si tuviesemos la habilidad suficiente como para hacer una doble exposición. Pero lo cierto es que los expertos de la época analizaron el negativo y la cámara y no encontraron defectos ni en el proceso de revelado, ni en la cámara, ni en los químicos ni en el papel.
Un detalle curioso es que existe un curioso efecto de filtro en Google Maps cuando vemos ese castillo. Quizá por la influencia de esa extraña aparición, o casualidades de la vida porque justo la cámara se configuró mal justo sobre esa construcción. Misterios de la vida.
Les dejamos igualmente con el programa que hicimos sobre el poltergeist de Rosenheim, que trata apariciones similares:
Investigación Vicente Fuentes
Ufopolis.com 2015
[…] marcado por la tragedia? Si te ha gustado esta entrada puedes ver el reportaje que hicimos con la foto de la dama marrón o el de la extraña foto del fantasma de los chinnery ¿Qué os ha parecido la historia? […]