A continuación, ufopolis tiene el inmenso placer de presentarles una colaboración muy especial, el escritor e investigador David Parcerisa, autor del libro Los Annunaki: creadores de la humanidad, nos propone un viaje hacia el asunto mas interesante, conmovedor y aterrador de la ufología: las abducciones. Una colaboración que consideramos de altísimo nivel y que esperamos que podáis disfrutar:
Si buscamos en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, el término «Abducción», jurídicamente significa «rapto por persuasión o violencia», pero la Ufología la ha adaptado a la siguiente definición; «supuesto secuestro de uno o varios seres humanos por presuntos extraterrestres.»
El catálogo mundial de casos de abducción cifra unos 700 casos, aunque otros estudiosos como el neoyorquino Bud Hopkins apuntan a que solo en Estados Unidos podrían haber varios millones de ciudadanos abducidos que no lo saben ni ellos mismos.
Según sus palabras; «Aceptemos la hipótesis del 1% de la población, que equivale a 250 millones de personas, es un montón de gente para empezar. Considerando el 10% de la población nos encontramos con 25 millones de personas, un porcentaje así podría ser el correcto y resulta escalofriante. No dispongo de cifras reales pero el fenómeno afecta a un número de personas mayor del que se cree…»
Afortunadamente, estos recuerdos que han naufragado en las profundidades de la mente, son susceptibles de ser rescatados por medio de la hipnosis o la sofrología.
Las abducciones ilustran una escalofriante realidad que nos afecta a todos; varias inteligencias desconocidas raptan seres humanos con los que experimentan a su antojo, con pruebas médicas, como toma de muestras de piel, extracciones de sangre, semen o tejidos varios, o incluso realizando implantaciones de micro-aparatos en varios puntos del cuerpo, finalizando con un proceso de «borrado temporal» de memoria para que no recuerden conscientemente nada del incidente. A veces, estos seres implantan una orden mental a los abducidos, estos saben que deben hacer algo en un momento determinado de sus vidas, pero parece que solo estas inteligencias están en disposición de activar esa orden para que la ejecuten en su momento.
Betty y Barney Hill, los dos primeros abduccidos de la etapa moderna de la ufologia |
Normalmente, a los pocos días del rapto, los recuerdos afloran durante el sueño nocturno, ocasionando en el sujeto alteraciones emocionales agudas y otros trastornos de conducta que van dejando vislumbrar un profundo trauma alojado en el subconsciente del individuo. Se trata de un trauma comparable al de la violación en las mujeres.
Para muchos, en las abducciones está la pieza clave del enigma. Así opina el profesor de Biología Michael D. Swords; «En nuestro País (USA) hay bastantes investigadores interesados en los casos de secuestros, y es natural, ya que esta es la única área de la Ufología en que existe la posibilidad concreta de analizar al menos una parte de la experiencia repetidamente, porque se trata de víctimas cíclicas, el carácter repetitivo del fenómeno podría proporcionar datos muy valiosos que estén básicamente bajo el control de los investigadores.»
Las finalidades e intenciones de estos secuestros son muy dispares, todo esta en función de los distintos autores de estos raptos.
Evidentemente una abducción es una violación total de los derechos de un ser humano, es una imposición contra la voluntad de un ser vivo, y eso origina un profundo trauma. Una abducción es moralmente inadmisible, se mire por donde se mire, pero; ¿A quién pueden acudir los abducidos para denunciar el hecho? La desesperación emocional del individuo, desamparado, confuso e incomprendido, alcanza altas cotas de impotencia, no sabe con quién hablar de lo que le ha ocurrido sin que le tachen de loco.
Budd Hopkins, pionero del estudio psiquiatrico de las abducciones |
Mientras unos piensan que son seres malévolos e insensibles de los que han recibido un trato horrendo y se han sentido como ratas de laboratorio o cobayas, otros se sienten privilegiados por haber sido elegidos por ellos, se sienten especiales y distintos, y consideran que esos seres buscan perfeccionar su raza a través de nosotros.
Antonio Rivera, pionero de la ufología en España. |
Pero el prestigioso Antonio Ribera se mostraba cauto a la hora de juzgar a estas entidades; «A estos seres no se les puede colgar la etiqueta de manipuladores como si fueran los malos de la película. Ellos tienen un concepto del bien y del mal totalmente distintos al nuestro y actúan de acuerdo a sus obligaciones científicas. A mi juicio, unos seres de gran cabeza y ojos rasgados, de piel grisácea, están creando un ser intermedio, mitad humano mitad alienígena, fruto del código genético de su especie y la nuestra. Es posible que algunos seres híbridos estén ya de algún modo entre nosotros…»
Según el folklorista Thomas E. Bullard las abducciones siguen ocho pautas que parecen repetirse prácticamente en todos los casos; 1-Captura. 2-Examen. 3-Deliberación. 4-Excursión. 5-Viaje a otros mundos. 6-Teofanía. 7-Regreso. 8-Consecuencias.
Pero el máximo especialista mundial en Abducciones es el popular artista neoyorquino Bud Hopkins, quién en 1981, causó un gran impacto en la opinión pública con la publicación de su libro «Missing Time», popularizando el término del «Tiempo perdido» como síntoma inequívoco de una abducción. En su libro advertía al lector; «Son historias que pueden sucederle a cualquiera: a sus vecinos, a sus seres queridos, e incluso a usted.»
El libro reveló un patrón común en casi el 90% de los casos; las personas afectadas presentaban episodios de abducción ya desde su tierna infancia, lo cual engrandecía las implicaciones del fenómeno, porque eso significaba que esos seres hacían un seguimiento de esos sujetos elegidos, ya desde su propia concepción. Y no terminaba ahí el asunto; Hopkins descubrió que también los hijos de los abducidos eran objeto de estudio por parte de los raptores, lo cual implicaba que las abducciones se transmitían o perpetuaban de padres a hijos, como si estas personas fueran portadoras de alguna particularidad genética por la que sin duda estos seres estaban muy interesados en seguir estudiando.