Los limites de la ufología

El mundo en el que vivimos nos da cada día muestras de agotamiento en su sistema económico y de valores, síntomas inequívocos de estar en los prolegómenos de una revolución social de los ciudadanos contra sus gobiernos y sus bancos. Quedan pocos años para que el límite tolerable por la clase media de las sociedades de los paises desarrollados supere la temible barrera del hambre. Pasar hambre en España y en Latinoamérica, -por citar dos casos- cambiará el destino de muchas personas que se acabarán levantando contra sus políticos y banqueros. Es el límite de lo admisible y soportable, es el punto final a una historia de ocultamiento y manipulación que ocurre en varios estratos y temáticas. La ufología no se librará de esta revolución aun por venir.

En el tema de los OVNIS, los gobiernos siempre han ido con los pies de plomo. Desclasificaciones cutres y descafeinadas, plagadas en su mayoría de mentiras para todos los gustos y un absoluto control de los medios de comunicación para censurar cualquier atisbo de periodismo general en el fenómeno. Esa era la situación, que abocó a la investigación OVNI prácticamente a la cultura underground, a la cultura que sigue un porcentaje mínimo de la población, ya cansada de las televisiones y periódicos convenidos. Pero la sociedad en general pasó por encima del fenómeno como casi una curiosidad. Hoy: pan y circo como en la antigua Roma. Y todo el mundo a su casa a no pensar.

Como decíamos, esa ha sido la situación y ha funcionado bien en los últimos 60 años, pero el sistema se ha encontrado con un problema en el siglo XXI: Internet. Ahora los avistamientos se conocen en cuestión de minutos, los vídeos reales (desestimemos los falsos, y quedémonos con los reales) inundan las redes sociales y los canales libres de Youtube y el mundo de la investigación cambia radicalmente de la noche a la mañana por la inmensa cantidad de información de la que a día de hoy se dispone, por el despertar tecnológico, por finalmente, la ampliación de las capacidades de intercomunicación entre las personas del planeta tierra.

Desde ufopolis siempre hemos luchado por sacar la verdad de los casos que el periodismo generalista oculta y tenemos la convención de que siendo el fenómeno tan reincidente, repitiéndose los casos con tanta frecuencia, y grabándose cada vez con mayor calidad lo que se está grabando, algún día, mas pronto que tarde, todo esto explotará. Estallará con un gran caso, innegable, imposible de desestimar, imposible de negar. Se dará en varias ciudades, durante varios días y noches consecutivas, y habrá movimiento de los objetos, e interacciones entre sí en una auténtica demostración aérea de poder. Aquello será innegable y los resortes de los medios de comunicación serán rápidos, muy rápidos. Saldrán meteorólogos con sus rayos en bola y se intentará ocultar lo máximo posible. La rutina de costumbre.

La clave de ese incidente innegable será el tiempo. Un avistamiento no de 17 minutos, sino de 170 horas. Innegable, imposible de esconder. Será protagonizado presumiblemente por la tecnología que vemos en las esferas lumínicas del 80% de los vídeos estudiados a día de hoy. Todo esto es elucubrar desde la fascinación, es imaginar escenarios viendo la progresión actual de lo que vivimos en el tema de los OVNIS a día de hoy. Un escenario lógico a tenor de lo que se está viendo y grabando.

Pero, ay, el tema de los medios (miedos) de comunicación… qué bien funcionan. En España aun se recuerdan dos casos que resultaron definitivos para observar el buen funcionamiento de la manipulación en el campo que nos interesa. ¿Se acuerdan del famoso OVNI falso grabado con un móvil en un barco pesquero de Galicia. Varios informativos expusieron la noticia, completando la información diciendo que era un vídeo falso. Hasta aquí todo correcto y todos nos reímos  El problema vino cuando en aquel reportaje se presentaban imágenes de otro OVNI grabado en la misma zona que sí era auténtico. Mezclar en un mismo documento un caso real y uno falso hace que el espectador relacione a nivel subconsciente que el tema OVNI es todo una farsa.

De aquel vídeo auténtico no se hizo análisis, ni salieron expertos en imagen y sonido a evaluarlo como si hicieron del falso. No, y lo que se hizo después fue presentar una referencia al retorno de un astronauta del espacio en una lanzadera espacial(¿?) para terminar el magnífico reportaje con un payaso entrando en un avión (¡!). Cualquiera que pudiese ver aquello pudo relacionar OVNIS con falso, con verdadero sin explicación (luego también falso, oye), mas un astronauta (por el tema del espacio), mas un payaso (todo esto es una payasada). Chin-pón.

Solo 3 minutos de reportaje en la opinión pública en un horario de máxima audiencia hacen mas daño que el beneficio conjunto que muchos investigadores durante años puedan trabajar para dar a la luz este enigma. La forma de reaccionar del sistema ante el tema OVNI es agresiva, muy agresiva y muy sutil. ¿Se acuerdan del caso Campeche de 2004? Las televisiones españolas también presentaron la información para, rápidamente, sacar a un meteorólogo diciendo que eran rayos en bola. Cualquier investigador o enterado del tema que oyese esa teoría para ese caso se partiría de risa, claro, pero la gente se quedó con la primera versión oficial. Esa es la que cuenta. Y mas en una sociedad donde desde pequeñitos se nos ha enseñado a pensar lo justito en estos temas. Es ahí donde está la clave. En la educación.

Si nosotros no estamos educados para pensar libremente, para hacernos preguntas, o para discutir un sistema, cuando somos adultos, solo buscamos lo que la sociedad nos exige. Casate, consigue un trabajo, emborrachate, y callate. El perfecto esclavo ideológico que se cree libre porque tiene una television de 50 pulgadas a todo trapo. El esclavo que no sabe que lo es.

La ufología comienza a despertar por la fuerza de una sociedad que comienza a hacerse preguntas sobre el mundo que la rodea. Comenzamos a masticar la pastillita roja de Matrix tras llegar ante Morfeo a palos, y empezamos a ver que detrás de la versión oficial de la vida, está la realidad. Algún día le contaremos a nuestros nietos que nosotros vivimos la revolución de la primera mitad del siglo XXI y le contaremos que ocurrió con el tema de los OVNIS. De todos nosotros depende el contenido de esa conversación.

Ufopolis.com 2012