Hoy en ufopolis vamos a seguir exponiendo la arriesgada y polémica «Teoría de la Tierra Hueca» que lleva años chocando contra los modernos paradigmas científicos que permiten identificar las mediciones de ondas sísmicas con una serie de capas magmáticas en continuo movimiento. Allí reposan las placas continentales y, a mayor profundidad, un núcleo de hierro fundido que gira a toda velocidad generando el campo magnético terrestre y evitando el colapso gravitatorio del planeta.
Esa es la ciencia oficial, irrebatible según muchos, y a día de hoy se rechaza cualquier mención sobre la posibilidad de que cualquier orbe del cosmos conocido tenga una oquedad en su interior.
Sin embargo esta ley parece que no puede aplicarse a todos los astros. Los datos de las vibraciones recogidas en los sensores de los láseres instalados en la luna en el marco de las misiones Apolo sugieren que cuando un meteorito impacta contra sus superficie, todo el satélite vibra como una campana durante varios minutos.
Esto no encaja con la posibilidad de una esfera rellena de capas de material volcánico enfriado y solidificado tras el paso de millones de años y por supuesto no explica las anomalías magnéticas que aparecen en algunas partes de nuestro misterioso y solitario vecino, ya que éste no rota a una velocidad lo suficientemente veloz como para generar un efecto dinamo en los minerales de su superficie.
¿De dónde sale, por tanto, esa capacidad magnética? ¿Es que acaso la luna es hueca como una pelota de ping pong? ¿Podría ocurrir lo mismo en la tierra y nuestros cálculos están incompletos? Veamos lo que los antiguos ancestros han expuesto en base a saberes que se han conservado.
En los tiempos de nuestros ancestros, el concepto de un mundo subterráneo dentro de la tierra aparece en la mitología, el folclore y las leyendas de todas las civilizaciones antiguas. La primera noticia que se tiene del mismo aparece en la fabulosa epopeya de Gilgamesh en la doceava tablilla de arcilla encontrada en la ciudad de Nineveh, capital del imperio neo-asirio y la ciudad más grande del mundo hace 2500 años.
Tanto en ella como en la tablilla referida al «descenso de Ishtar al inframundo» aparecen fascinantes criaturas relacionadas con un imperio que se desarrollaba por debajo de la corteza de la tierra.
Ese mismo inframundo también puede identificarse con el que aparece en la mitología de la antigua Grecia en donde aparece el dios Hades, como señor de una tierra más allá de los límites exteriores del mar, un mundo interior lleno de cavernas, similar al de las tradiciones nórdicas del Svartalfaheimr y al de la ciudad perdida de Shambala según la creencia de los monjes tibetanos.
Y es que todo parece referirse a lo mismo. Por ejemplo, en la tradición andina también encontramos la historia de la Montaña de Mashu en donde un jardín subterráneo secreto de enormes proporciones fue descubierto por el creador de todo, en una historia similar a la del dios asirio Zalmoxis tras viajar a través de oscuras grutas en el interior de otra montaña sagrada.
En la mitología céltica, por ejemplo, encontramos la leyenda de Cruachan también conocida como la de la «puerta del infierno«, un emplazamiento relacionado con extrañas criaturas que serían capaces de emerger hasta la superficie de la tierra y, si seguimos por nuestro recorrido histórico podemos encontrarnos la leyenda de los Angamei Naga de la India que expone que sus ancestros emergieron de una tierra subterránea con una tradición similar a la que aparece en el pueblo de los Taíno en el Caribe.
Si nos vamos al Pacífico, en Papúa Nueva Guinea, nos encontramos la leyenda ancestral de los pueblos de las islas Trobiand que habrían descendido de los primeros moradores de la isla, los cuales habrían salido a la superficie de una cueva sagrada llamada Obukula, similar a la que encontramos en el folclore mejicano unos siete kilómetros al sur de Ojinaga de la que también saldrían criaturas de horrible aspecto del interior de la tierra.
Como vamos viendo, una gran cantidad de pueblos antiguos parecen coincidir en la teoría de un mundo interior sin tener conocimientos unas de otras.
En Alemania encontramos los mitos de las montañas de Eisenach y Gota como un portal a ese supuesto mundo interior e incluso en Rusia se conoce la leyenda de los Samoyeds, una tribu siberiana que habría entrado en contacto con una supuesta civilización que viviría en el interior de nuestro mundo.
El pueblo Mandan en el río Mississippi-Missouri también cuenta una historia de corte idéntico ocurrida cerca de Cedar Creek en la reserva india de San Carlos.
Los Iroquois, los Hopi y los herederos de los territorios del Gran Cañón del Colorado también tienen en sus raíces historias de entradas a ese inframundo que conviviría con el nuestro sin nuestro conocimiento.
También en Brasil, en los pueblos del río Parima e incluso en las leyendas de los fundadores de la ciudad de Cuzco existen menciones a esos supuestos intraterrestes que habrían conseguido llegar a la superficie e interaccionar con sus pueblos.
Es la misma historia separada por siglos, milenios y decenas de miles de kilómetros. ¿Por qué todos esos pueblos comentan lo mismo? ¿Sería posible científicamente la existencia de un mundo interior habitado por fantásticos seres? Aquí dejamos estas preguntas fascinantes que podrían, desde luego plantear un enigma a todas luces importante para la ciencia contemporánea: la existencia de un mundo paralelo al nuestro en donde se desarrollarían o se habrían desarrollado criaturas que habrían emergido en el pasado a la superficie siendo consideradas algunas de ellas como auténticos dioses.
Que lo fueran o no, en base a la imposibilidad de vivir bajo tierra, queda por supuesto a opinión de la ciencia y del lector, máxime cuando son tantos los pueblos que lo comentan en tan variadas localizaciones.
Si os ha gustado el artículo, os invitamos a ver los siguientes programas en donde estudiamos el enigma de las posibles localizaciones intraterrenas y los enigmas de los posibles habitantes de ellas. Esperamos que sea de vuestro agrado.
Ufopolis.com 2016
Hola Vicente.
Excelente artículo sobre el Mundo Intraterreno.
Muy buen repaso a muchas de las diferentes mitologías, culturas y pueblos que defienden esta creencia.
Como bien comentas; que diferentes individu@s separad@s por la distancia y el tiempo y sin contacto un@s con otr@s afirmen lo mismo da que pensar.
Casi tod@s ell@s hablan de las Deidades que vinieron o vivían en los cielos y que siempre tenían acceso a un Mundo dentro de la Madre Tierra poblado por multitud de formas de vida.
*Johannes Kepler*, *Leonard Euler*, *Edmund Halley*, *Robert Boyle*…
Todos ellos afirmaron la existencia de un Desconocido Mundo Interior.
No me canso de repetirlo; a todos ellos se les reconocen inigualables descubrimientos y aportaciones a esta Humanidad pero se les niega en lo referente a sus teorías de que la Madre Tierra tenga un Mundo Intraterreno e Interno…
Como en tantas ocasiones y circunstancias; algo no cuadra.
¿Que hacía la NASA y el gobierno americano mandando a *Neil Armstrong* a la profunda y Sagrada *Cueva de los Tayos* en Ecuador?.
Donde se encontraron construcciones, artefactos y ornamentos de tamaño colosal…
¿Quizás querían buscar similitudes con algo que habrían podido encontrar en nuestra inseparable compañera; La Luna?.
Eso si realmente fueron allí en las misiones *Apolo* y no en otras misiones Secretas; donde utilizaron Tecnologías que no hacen públicas…
A día de hoy; nadie puede negar la existencia de seres multidimensionales, extraterrestres e intraterrenos.
Quienes lo niegan es por que no ven más allá de sus narices.
Se agradece; que poco a poco regreses y cuelgues los videoprogramas y publiques tus artículos en tu página de Ufópolis.
Espero que pronto estés totalmente recuperado.
Un Fuerte Abrazo para Ti y Tod@ Ufópolis.
·: )
Vicente, Gracias por el intenso y exhaustivo trabajo de investigacion tanto de este articulo como de todas las investigaciones que sustentan y dan base a tus increibles presentaciones. .
Me parece que has regresado al trabajo con tanto o mas entusiasmo que antes y poco a poco se te ve mas sano. Enhorabuena!
Sin embargo,en tu articulo veo que escribes “mejicano,” lo cual no es nadamas incorrecto, pero ofensivo. De tal forma que tengo una peticion formal para que coserves la ortografia correcta del gentilicio «mexicano,» el cual se escribe con «x» y no con «j.» La historia acerca del nombre de Mexico es larga pero inevitablemente contiene pensamientos y vision del mundo tanto de los espanoles, como de la civilizacion a la cual llegaron, la Civilizacion Mexicana.
Hay varias lineas de pensamiento acerca del origen del nombre Mexico, el cual significa “El Ombligo de la Luna,” en el idioma Nahuatl. Especificamente, el nombre “Mexico,” viene de Mexitli, que a su vez esta compuesto de Metzli (Luna); Xictli (Ombligo), y el sufijo Co (lugar.)
El asentamiento de lo que ahora es la Ciudad de Mexico, se ubico en una isla en el centro del Lago de Texcoco, llamado o traducido como El Lago de la Luna. Es en este lago donde se observa el prodigio del Aguila Devorando a una Serpiente. Este es el origen del simbolo que actualmente lleva la bandera de Mexico.
Hay otras corrientes de pensamiento que apuntan, por otro lado, a la posibilidad de que el nombre de Mexico se refiriera al dios principal Hutzilopochtli, llamado tambien “Mexi,” o “Mexicatl.”
Ademas, cuando se nombra a los Estados Unidos Mexicanos, al cual ahora de forma breve, llamamos Mexico, el idioma espanol pronunciaba la “x” como “j,” como en el caso Quixote, el cual con el tiempo cambio a Quijote. Sin embargo, Don Quijote es una novela, y no el nombre de un pais que respeta sus antepasados, su historia y su cultura; lo cual yo te invito a que tambien lo hagas a traves de una escritura correcta del pais llamado Mexico y de sus habitants, correctamente llamados Mexicanos. Gracias
p.s. Algunos de los autores a consultar: Ciro Cabrera Cordova; Maximiliano Mena Perez.
Excelente tu articulo, me gustó mucho. Tengo gran información muy original para tus programas. Contáctame, felicitaciones y un fuerte abrazo!