Si el fenómeno OVNI no fuera un acontecimiento moderno sino que viniera teniendo lugar desde los tiempos más arcaicos, un indicio podría verse en que el folklore y las leyendas de las primitivas sociedades ante las que este enigmático fenómeno se hubiera mostrado, se verían influidas por estos eventos relatando los acontecimientos con los conocimientos con los que contaban y tratando de darles explicación de acuerdo a sus creencias.
Constantemente en tradiciones orales y fuentes escritas por todo el mundo aparecen sugerentes historias sobre singulares luces voladoras, máquinas imposibles o desconcertantes seres provenientes de más allá del cielo, y algunas culturas, como las nativas americanas, cuentan con una gran, aunque poco conocida, riqueza en este tipo de relatos.
Concretamente las leyendas de la nación Cherokee son susceptibles de que, mediante una interpretación actual, representen vívidos encuentros con lo desconocido acontecidos hace varios siglos. Encuentros que han quedado grabados en el corazón de la sociedad Cherokee gracias a la tradición oral y al deseo de conservación de su propia cultura.
Varios de estos relatos han podido ser conservados y transmitidos mediante fuentes escritas surgidas del trabajo de los antropólogos que, mayoritariamente durante el s. XIX, convivieron con este grupo étnico redactando con gran celo cada una de las historias, mitos, leyendas y lugares sagrados que resultaban de tremenda importancia para los habitantes nativos del Sudeste de los Estados Unidos.
Parece que los Cherokee son un grupo humano que despertó el interés de ciertas entidades pues son muchos los relatos que hablan de extraños seres en intrigantes situaciones. Uno de ellos fue por primera vez publicado en el año 1888 ante la sociedad occidental, en una época en la que el hombre todavía soñaba con poder volar, y responde al título de ‘’Cómo son las estrellas’’. En una ocasión un grupo de caza se encontraba pernoctando en las montañas cuando se vieron sorprendidos por dos luces ‘’como dos grandes estrellas’’ que se movían velozmente dibujando el límite con el que las siluetas de las colinas cercanas recortaban el horizonte. Todo el grupo las observó, maravillado y con gran atención hasta que se perdieron tras las colinas pero volvieron a mostrarse durante la siguiente noche. ¿Qué podían ser aquellas luces que se movían a voluntad en el cielo nocturno? El grupo entonces debatió sobre el asunto y entre todos decidieron que al día siguiente se internarían en la zona donde habían visto aparecer las luces para poder satisfacer su curiosidad.
A la mañana siguiente todos se dirigieron al lugar acordado y comenzaron a buscar con tesón la fuente de aquellas traviesas luces. Al cabo de un tiempo dieron con unas pequeñas criaturas de cuerpos redondos que estaban cubiertas de suave pelo y finas plumas que resplandecían y lanzaban chispas, y de entre ellas asomaban pequeñas cabezas. Los cazadores, orgullosos de su descubrimiento, llevaron a las criaturas consigo de vuelta al campamento con la intención de mostrarlas ante el resto del poblado. Así descubrieron que durante las noches estos seres brillaban con un potente fulgor, sin embargo durante el día no parecían tener esa capacidad mostrándose como pequeños seres de pelaje grisáceo. Si bien cuando el viento soplaba se llevaba con él pequeñas chispas que arrancaba de la crin de los misteriosos seres.
Durante todo el tiempo que estuvieron cautivas aquellas criaturas permanecieron en calma hasta que durante la séptima noche estallaron en llamas ‘’como bolas de fuego’’ y se alzaron en vuelo a gran velocidad hasta convertirse en pequeños y distantes puntos en el cielo. Los cazadores entonces llegaron a la conclusión de que eran estrellas.
Otro aspecto interesante de la mitología de esta cultura corresponde a la existencia de ‘’la gente pequeña’’. En el folklore Cherokee se relata que conviven con una raza de seres de tan pequeña estatura que habitan en las cavernas de las montañas y que están presentes en varias de sus leyendas. Estos seres son frecuentemente identificados con espíritus de carácter agradable que disfrutan de la música, hablan su propio idioma pero también pueden comunicarse en la lengua de las gentes con las que se encuentran y se encargan de enseñar valores a la humanidad, si bien en varias ocasiones muestran un carácter travieso y hasta maligno llegando incluso a secuestrar niños.
Una leyenda referente a estos seres narra la historia de un niño que no quería crecer, no quería pensar en lo que haría cuando fuera mayor y sólo quería jugar y preocuparse de cosas infantiles. Un día su padre le dijo que era tiempo de que comenzara a aprender a ser un hombre y que al día siguiente tendría que atender a las lecciones de su tío sobre tal asunto. El chico quedó desolado y fue a la orilla del río a llorar y allí se encontró con la gente pequeña que le propuso que se uniera a ellos y así no tendría que crecer, le dijeron que hablarían con el creador para que le convirtiera en uno de ellos y les enviara una visión a sus padres para que supieran que iba a encontrarse bien. El chico lo pensó durante varios días y finalmente decidió marchar con la gente pequeña.
Varios relatos de los Cherokee exponen hechos singulares que desde una interpretación moderna sugieren manifestaciones del fenómeno. Existe un relato de un extraño objeto volador que una vez fue visto por la tribu y cuyos testigos lo describieron como un ‘’gigante volador con una cabeza resplandeciente como el sol’’ que sobrevoló la zona y se mantuvo un tiempo estático en el aire de forma vigilante, tomó tierra y al cabo de un tiempo volvió a alzar el vuelo y se perdió en el cielo. Cuando varias personas se acercaron al lugar donde este gigante se había posado, encontraron que toda la hierba que había tocado estaba quemada.
¿Sucedieron estos hechos realmente quedando plasmados en la cultura de la nación Cherokee? No parece descabellado pensar que hace varios siglos esta sociedad se encontrara ante extrañas situaciones que describieron según su vivencia y a las que dieron la explicación que por aquel entonces se antojaba más lógica. Así, unos curiosos seres brillantes que podían volar y se dejaban ver como luces en el cielo, no podían ser otra cosa que estrellas y se identifica con un gigante un enorme objeto volador cuya superficie reflejando la luz del solar o tal vez, emitiendo una potente luz propia, era resplandeciente como el propio sol. Un objeto que, como en gran cantidad de casos de encuentros con el fenómeno más recientes, tiene la característica de dejar una quemadura en el lugar donde ha aterrizado. Y el gran número de relatos existentes sobre la gente pequeña guardan similitud con el folklore presente en todo el mundo acerca de pequeños seres que, según el lugar, adoptan diferentes nombres como elfos, hadas, duendes o gnomos. Pero que a su vez, podrían corresponder a la descripciones de extraños seres salidos de sorprendentes naves descritos por varios testigos del fenómeno OVNI ¿Estaban describiendo estos pueblos, sin saberlo, encuentros con seres y objetos voladores de este fenómeno?
Si os ha gustado este artículo os recomendamos ver los siguientes videoprogramas de extraños encuentros que tienen como protagonistas a los seres que posiblemente tuvieron contactos con aquellos moradores de América por ser contemporáneos con ellos.., en Rusia, concretamente en la Zona M. También os invitamos a ver el programa que hicimos sobre supuestos seres con máscaras de faraones, y el programa especial que enlaza con el enigma de los intraterrenos de los que también hablaban los indios nativos americanos, llamándolos «hombres hormiga».
Alienígenas con máscaras de faraones
Expediciones al centro de la tierra ocultadas por los gobiernos
Esperamos que sean de su agrado.
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