Hoy en ufopolis nos hacemos eco de un insólito hallazgo que rompe con la percepción que tenemos sobre nuestro misterioso acompañante en los cielos.
Recientemente la revista Nature publicó un detallado análisis del profesor de Ciencias Planetarias de la Universidad de California Ian Garrick Betthell en donde se exponen datos topográficos lunares obtenidos con un altímetro de láser en donde se llega a una interesante y curiosa conclusión: aunque veamos a la luna redonda, se parece más a un limón debido a una pronunciada protuberancia ecuatorial imperceptible al ojo humano.
En este estudio se añade que en el periodo en el que la luna comenzó a rotar sobre la órbita terrestre, su temperatura y su velocidad de rotación eran mucho más altas. Al estar además, mucho más cerca que ahora, la interacción con las masas de agua del planeta eran mucho mayores lo que cambió la forma de nuestro satélite para soportar el par de rotación que tenía en aquellos momentos.
El equipo de Garrick-Bethell también constató que las diferencias en el espesor de la luna se deben a la interacción entre los minerales magnéticos de su superficie y el núcleo terrestre lo que nos indica que la cercanía a la tierra hace miles de millones de años podría haber sido mucho mayor de lo que se presupone. ¿Os imagináis una luna inmensa en los cielos de la antigüedad? Así debió pasar.
Por otra parte, es muy interesante encontrar datos sobre la composición de la luna y sus parámetros gravitacionales. Nuestra luna tiene una gravedad de 1.623 m/s2 en contraposición con la de la tierra que es 9.81 m/s2. La densidad de la luna es de 3.34 veces la de un volumen igual de agua y la de la tierra 5.5 veces. Planteados estos datos es fascinante comprobar el hecho de que la luna sea solo el 60% de densa de lo que lo es la tierra y eso ha llevado a los científicos a dos misteriosas hipótesis: que la luna realmente no tenga ningún tipo de núcleo de hierro y que además de eso sea parcialmente hueca. Una luna que parecería un limón… sin las rodajas de limón dentro.
Los datos aportados en 1962 por el Dr. Gordon McDonald de la NASA y por el Dr. Harold Urey, Premio Nobel en Química en 1934, apuntan a esa conclusión: que la luna tenga una gran oquedad en su interior. De hecho, el Dr. Urey comentó que sería posible que la tierra hubiera acumulado gran parte de polvo meteorítico durante miles de millones de años y por eso fuera más densa que la luna, pero realmente no habría ninguna razón para que ese mismo polvo no se hubiera acumulado en la luna y tuviera, por tanto, la misma densidad.
Si la teoría de la creación de nuestro satélite por el estallido de un cuerpo es discutida a día de hoy debido a las diferencias químicas entre ambos astros, también lo es la teoría de la captación, en donde la luna habría llegado en el ángulo justo manteniéndose a la velocidad perfecta como para ser captada a nivel gravitacional en una posición exactamente sincronizada con el sol para crear eclipses, algo que el propio Carl Sagan exponía como una probabilidad «imposible«. En los últimos cincuenta años no son pocos los científicos que han declarado posible la hipótesis de que la luna sería un cuerpo artificial que habría sido puesto en ese lugar deliberadamente, lo que significaría algo asombroso: que la luna realmente no fuera un cuerpo natural y que hubiese sido allí de forma intencionada por alguien con una tecnología a años luz siquiera de lo que podríamos concebir.
Si os ha gustado el artículo os recomendamos estos programas que hicimos sobre la luna, nuestro misterioso satélite lleno de misterios:
Ufopolis.com 2016
Referencias:
- The tidal–rotational shape of the Moon and evidence for polar wander, Ian Garrick-Bethell, Viranga Perera, Francis Nimmo, Maria T. Zuber, Nature 512, 181–184 (14 August 2014)
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The Secret Influence of the Moon: Alien Origins and Occult Powers, Louis Proud. Diciembre 2013
- Portada: skipaper.com
Excelente artículo!
No,no estuvo mucho mas cerca puesto que la luna solo acompaña a la tierra desde hace 13.000 años,después del cataclismo atlante..lo demás es paja!