Icono del sitio Ufopolis.com, por Vicente Fuentes

Los increíbles casos de astronautas que vieron «ángeles» en el espacio

¿Sería posible que algunos seres iconográficos de las religiones más grandes del planeta se hubieran manifestado ante las primeras civilizaciones? ¿Los relatos y descripciones que han sobrevivido al devenir del tiempo hasta llegar hasta nosotros habrían estado basados en encuentros con estos seres? ¿Qué pasaría si estos seres se presentaran ahora?

La humanidad viene presenciando interesantes encuentros con figuras desconocidas en el espacio desde los inicios del viaje espacial y son muchos los cosmonautas de diferentes nacionalidades que han relatado algún misterioso encuentro en la órbita de nuestro planeta, lo que sería indicativo de que seguramente habría muchos más encuentros cuya información no haya trascendido ya que hacerlas públicas significaría para estas personas con asombrosos credenciales y reputación, como son los astronautas, comprometer con su testimonio su credibilidad, su carrera profesional y hasta generaría dudas acerca de su salud mental. Sin embargo son varias las personas que han viajado más allá del planeta las que manifiestan su convicción en que la Tierra está teniendo contacto con otro tipo de inteligencias.

Pese al enorme secretismo que envuelve a los avistamientos en esta profesión son muchos los astronautas que han contado sorprendentes encuentros en el espacio.

Entre este grupo de cosmonautas que se han decidido a narrar situaciones imposibles se encuentra un grupo de nacionalidad rusa que estuvo orbitando la Tierra en la estación espacial Salyut 7 hacia el final de la guerra fría mientras el resto del mundo se concentraba en el terrible temor de que una guerra con armas nucleares podía desencadenarse en cualquier momento de aquella tensión.

En la carrera espacial la unión soviética fue capaz de situar exitosamente varias estaciones espaciales en la órbita terrestre en lo que fue conocido como el programa Salyut. La estación Salyut 7 fue la última de este programa y la más avanzada del mismo, presentando varias y sustanciales mejoras con respecto a las estaciones predecesoras. Fue lanzada en Abril de 1982 y en ella se realizaron un total de 12 misiones tripuladas.

Durante dos de estas misiones tuvieron lugar unos sobrecogedores avistamientos que cambiarían por completo la visión de la realidad de la tripulación y que se posicionarían como unos de los encuentros más extraños de toda la historia espacial de la humanidad.

La estación Salyut 7 mejoró el sistema estructural de las estaciones rusas ya que se implantó un sistema modular en contraposición con las versiones predecesoras más monolíticas.

El primer evento tuvo lugar el 12 de julio de 1984 cuando los tres tripulantes de la estación: los astronautas Vladimir Solovyov , Leonid Kizin, y el cardiólogo Oleg Atkov se encontraban orgullosamente en su día 155 en órbita. Mientras realizaban una serie de experimentos médicos se percataron de que una especie de nube de color anaranjado y brillante comenzaba a rodear la estación mientras los sistemas comenzaban a fallar.

Inmediatamente pensaron que el resplandor anaranjado debía de corresponder a un fuego en la estación y bajo la preocupación de los peligros que un incidente de este tipo representan para sus vidas en el espacio se apresuraron hacia las pequeñas ventanas circulares para identificar su localización. En lugar de un fuego, los tres astronautas se vieron cegados por la intensa luz que atravesaba las ventanas hacia el interior de la estancia.

Mientras la visión de los camaradas rusos se ajustaba al cambio de intensidad lumínica pudieron hablar con el control de tierra para transmitirles que toda la estación estaba rodeada de una especie de niebla luminiscente y al volver a asomarse por las ventanas vieron lo imposible. Ante la estación de situaban 7 humanoides alados de tamaño colosal que resplandecían y flotaban en mitad del vacío del espacio.

El avistamiento fue tan espectacular que dejó a los astronautas sin palabras.

Según describieron los testigos, estos enormes entes tenían un aspecto casi humano y les miraban fijamente con una expresión de profunda paz en sus rostros y calma. Calcularon tomando como referencia la propia estación, que estos ángeles debían de medir entre 24 y 25 metros de alto y la envergadura de sus alas desplegadas sería comparable a la de un avión. Pudieron observar a estas criaturas durante aproximadamente 10 minutos con completa perplejidad tras lo cual simplemente se desvanecieron sin dejar rastro alguno. Según las palabras de uno de los cosmonautas:

‘’Lo que vimos fueron siete figuras gigantes con forma humana, pero con alas y halos como neblina como en las descripciones clásicas de los ángeles’’.

La desconcertada tripulación volvió a quedarse entonces sola en el inmenso y oscuro espacio tratando de dar sentido a la visión que acababan de compartir. Concluyeron, después de debatir, que debieron de haber experimentado alguna suerte de alucinación derivada del extenso tiempo en el espacio que llevaban acumulado y acordaron no dar mayor importancia al incidente.

Pero 5 días después, el 17 de julio de aquel mismo año, la estación recibió a la Soyuz T-12 y a sus ocupantes: el Comandante Vladimir Dzhanibekov, y los astronautas Igor Volk y Svetlana Savitskaya, la segunda mujer astronauta.

Savitskaya se convirtió oficialmente en la primera mujer que realizó un paseo espacial.

Una de las misiones que se destinó a este nuevo grupo fue la de convertir a Savitskaya en la primera mujer en realizar un paseo espacial ya que la NASA había manifestado su intención de hacer lo mismo. Los soviéticos quisieron adelantarse y se apuntaron una victoria sobre los americanos el 25 de julio cuando la cosmonauta realizó un viaje de casi 4 horas de EVA (Actividad Extra Vehicular).

Algunos días después de la satisfacción y demostración de capacidades tecnológicas soviéticas el resplandor anaranjado que los tres astronautas presenciaron la primera vez volvió a envolver la estación, esta vez con seis ocupantes en su interior y, de nuevo, trajo consigo a las gigantescas criaturas aladas que flotaban cerca de la estación. Otra vez, mirando fijamente a los asombrados rusos en su última aparición.

‘’Resplandecían y verdaderamente era sobrecogedor. Había una gran luz naranja y a través de ella, pudimos ver las figuras de siete ángeles. Sonreían como si compartieran un glorioso secreto, pero al cabo de unos minutos, se habían ido, y nunca más los volvimos a ver. ’’

El grupo de astronautas que protagonizó los encuentros

Tras este segundo encuentro que presenciaron también los nuevos habitantes de la estación quedaba descartada la teoría de que una larga estancia en el espacio hubiera generado un evento de alucinación en 6 personas que tuvieron exactamente la misma visión. Resulta muy dudoso que dos o más personas puedan experimentar la misma alucinación visual.

El incidente se reportó al control de Tierra, y una vez los astronautas se hubieron encontrado en tierra al término de la misión, fueron sometidos a una ingente cantidad de exámenes médicos físicos y psicológicos en los que no se encontró nada anormal en ninguno de los cosmonautas.

El grupo de eminentes personas de ciencia, doctores, pilotos e ingenieros se decidieron a relatar su experiencia y a comprometer seriamente sus carreras profesionales poniendo en riesgo su reputación. La narración del asombroso encuentro apareció en varios periódicos de todo el mundo y la noticia de que unos astronautas rusos habían tenido un encuentro con unos seres alados en el espacio llenó las páginas de la prensa de aquellos días. ¿Estuvieron en presencia de extraterrestres o de alguna entidad sobrenatural?

Recorte de presa en el que se difunde la noticia

Por supuesto estos encuentros generan una vasta cantidad de preguntas que van desde el campo biológico al metafísico: ¿cuál es la naturaleza de estas entidades?, ¿son los mensajeros de Dios como se establece en las religiones abrahámicas o son las manifestaciones corpóreas de una raza extraterrestre que lleva interviniendo el destino de la humanidad desde los albores de la misma?, ¿por qué decidieron presentarse ante esas personas en concreto?, ¿influye el subconsciente del propio testigo cuando experimenta un encuentro con este fenómeno en lo que ve?

Serias preguntas que de momento quedan sin respuesta. Tal vez aquellos astronautas tuvieron un encuentro con entidades etéreas y sobrenaturales que quisieron dejarse ver o tal vez se hallaron ante la presencia de algunos de esos seres que se presentaron ante los antiguos semitas o con una raza extraterrestre que lleva observando a la humanidad desde hace milenios. Lo único que podemos saber es que los testigos estaban absolutamente convencidos de lo que vieron hasta tal punto que aun poniendo todo en riego, se decidieron a compartir su visión con el resto del mundo.

Si os ha gustado la entrada os invitamos a ver el vídeo que hicimos sobre las extrañas señales en cruz vistas en los últimos años en los cielos y con el que tratamos el tema de los misteriosos avistamientos de ovnis haciendo chemtrails a gran altura. Esperamos que sean de su agrado.

 

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