Te invitamos a analizar este increíble encuentro en la tercera fase, lleno de misterios y encubrimientos. Detallando todos los datos del suceso, nos dirigimos a Nord, Francia, cerca de la frontera con Bélgica, donde Marius Dewilde vivía en un pueblo llamado Quarouble, y era un trabajador ferroviario que afirmó haber contactado con dos formas de vida humanoides.
Todo comienza una fría noche el 10 de septiembre del 1954 hacia las 10:30 de la noche. Marius se encuentra en su casa leyendo, cuando de repente, su perro empezó a ladrar alertado por algo. Él lo ignora inicialmente, pero después de la insistencia de su perro decide salir con una linterna hacia las vías del tren, ya que su casa se encuentra en el trayecto de las minas nacionales de carbón francesas. Al salir de su casa, decidió acercarse a las vías, divisando ante su asombro, un objeto a unos 7 metros de distancia posado en el suelo. Acto seguido, detrás de él, unos pasos lo alertaban y alumbrado la zona con su linterna, pudo divisar aterrorizado dos formas de vida con aspecto humanoide cuya estatura era aproximadamente de 1 metro de altura, la tez de la piel era plateada, y la luz de la linterna, al incidir sobre los humanoides, era reflejada como si de un espejo se tratase.
Su aspecto era inquietante, sobre sus cabezas llevaban unos cascos de buzo conformados por unos hombros anchos y bajos.
Poco después del encuentro, un rayo de luz salió del objeto, incidiendo bajo los pies de Marius, quedando totalmente paralizado sin poder moverse, horrorizado contó que era como si hubiese quedado paralitico. Al mirar hacia el objeto, una puerta se desplegó entrando los humanoides en la nave y unos segundos más tarde, el objeto se elevó silenciosamente, a través de una espesa nube, dirigiéndose al este y elevándose gradualmente a una gran velocidad hacia la estratosfera.
Al recuperarse de esta parálisis, y en un evidente estado de shock, volvió a su casa comunicándoles a su esposa e hijo el avistamiento. Ante la incredulidad del hecho, Dewilde acudió rápidamente a la gendarmería para avisar a las autoridades. Estas, inicialmente creían que el señor Dewilde había entrado en estado de locura y lo mandaron a su residencia para que se calmara. Pero, ante la insistencia de este, los policías acudieron al lugar del avistamiento, encontrándose con anomalías en la zona, como dispositivos eléctricos (baterías, linternas o el mismo teléfono del señor Dewilde) estaban descargados o quemados, simplemente o funcionaban.
La gendarmería del pueblo, junto al Ministerio del Aire y del Departamento de Seguridad Territorial (DST), llevaron una cuidadosa investigación y todos estaban convencidos que el testimonios de Dewilde estaba en lo cierto, y descartaron que un helicóptero o avión estuvieran por la zona, ya que había cables eléctricos y no se había escuchado sonidos al respecto.
Un síntoma evidente, que en la gran mayoría de avistamientos en la cuarta fase aparece, es que Dewilde no podía acercarse al lugar, alegando que se encontraba enfermo cada vez que pasaba por la zona. Un periodista de la zona, declaró ante los medios, que Dewilde podía haber sufrido un golpe en la cabeza provocándole alucinaciones pasajeras, aunque todo esto se vino abajo ya que al investigar el lugar, se encontraron evidencias físicas. Se localizaron unas marcas de 6 metros de profundidad en el supuesto lugar de aterrizaje, a lo cual, según los cálculos, el objeto debía pesar unas 30 toneladas para ocasionar estas hendiduras. Las pequeñas rocas que se encontraban debajo de las vías del tren, estaban carbonizadas, como si una cantidad de calor muy alta fuera la causante, y las vías también contaban con marcas simétricas como si de un gran peso hubiera sido posada encima de ellas.
Las consecuencias de este encuentro marcó a la comunidad, y sobre todo al señor Dewilde, que empezó a tener problemas respiratorios y de salud, su perro murió tres días después del encuentro y tres vacas fueron encontradas muertas al ser succionada toda la sangre del animal. Los medios de comunicación también se hicieron eco de la noticia, y el periódico Evening Star anuncio este suceso y otros de menor alcance producidos las semanas posteriores. Ante los medios, Dewilde declaró:
«…quise cerrar los ojos y gritar, pero no pude hacerlo. Estaba como paralizado. Traté de moverme, pero mis piernas ya no me obedecían. Entonces escuché unos pasos, a un metro de distancia. Los seres pasaron junto a mí y se dirigieron hacia el aparato…»
Con el tiempo el DST, pidió a Dewilde una colaboración sobre el suceso para “evaluar” el incidente. El DST mostró a Dewilde una enorme cantidad fotos de OVNIS, con el fin de identificar en la medida de lo posible, la supuesta nave que él vio. Hay que recordad, que el DST es un equivalente al FBI francés, y con el enorme control de esta entidad en las altas esferas franceses, pudieron convencieron a Dewilde para inyectarle “sustancias calmantes” para poder narrar mejor la historia vivida sin traumas ni nervios. A través de otros investigadores ufológicos, estos, llegaron a la conclusión de que seguramente lo que fue inyectado no eran calmantes, sino el suero de la verdad (pentotal sódico).
Los miembros del DST alegaron oficialmente, que el suceso fue un encuentro con aviones de contrabandistas, una explicación nada creíble. Como dato impactante, es que después de la desclasificación americana de algunos documentos TOP SECRET referentes a estos temas, se pudo comprobar que la CIA realizó su propia investigación del caso en los momentos del suceso de manera confidencial y sin que la DST se enterara.
Sin duda, es uno de los casos franceses más controvertidos y analizados, incluso, las autoridades y la prensa local, se hizo eco del suceso. Pocos avistamientos y encuentros en la 3ª fase llegan a ser tan documentados.
Si os ha gustado esta historia también podéis leer la entrada que hicimos sobre el incidente Yukon ocurrido en 1986, uno de los más extraños de la historia.
Excelente estreno, Javier, y un caso más que interesante y lleno de inquietantes preguntas. Me llama la atención esa escasísima altura, de solo 1 metro, de los humanoides. También parece exageradísimo esas marcas de nada menos que 6 metros de profundidad, y el supuesto peso del aparato, descomunal. Si Dewilde tuvo problemas físicos, su perro murió y ocurrió lo de las vacas -espeluznante, y sintomático una vez más- es que estamos ante algo en apariencia muy serio. Saludos.
Sin duda es un tema sorprendente, y aún más cuando la vaca se queda sin sangre como hemos visto en otros casos en animales de granja. Dewilde enfermó por algo altamente peligroso, ¿tal vez por radiación?
Pues todo hace pensar en radiación…vaya vaya con los servicios franceses de inteligencia, lo que se deben callar también…
Menos mal que existe internet hoy en día y podemos comentar y desvelar este tipo de casos. La radiación tiene síntomas muy parecidos, aunque no comprendo como nadie más se contaminó.
Saludos Vicente, Javier & Cía.:
Si, es un buen caso; pero me pareció, al leerlo, que contenía alguna cosa rara. Por ejemplo eso de las huellas de seis metros de «profundidad»…
La cuestión es que navegando por ahí encontré un artículo de Wikipedia sobre este caso en inglés que menciona: «A six-meter depression was found on the exact point where the object has landed…» Suponiendo que el artículo sea una copia traducida del francés, acudí a la página en cuestión donde se cita: «Six traces sont disposées en cercle sur les traverses de la ligne du chemin de fer. La police prélèvera les indices et les pierres pour les analyser.»
Traduciendo libremente del inglés: «Una huella (depresión) de seis metros (de diámetro) fue hallada en el punto exacto de aterrizaje del objeto…»
Traduciendo libremente del francés: «Seis marcas están dispuestas en círculo sobre la vía del tren. La policía se llevará (?) los indicios y las piedras (bajo la vía del tren) para analizarlos».
En uno de los artículos enlazados (Vigilia), escrito en portugués, se explica también que en los travesaños de madera que estuvieron bajo aquel objeto se encontraron grabadas cinco marcas simétricas de cuatro centímetros cuadrados (¿?). Todo lo cuál puede llevar a confusión. Yo, con permiso, lo resumiría de la siguiente manera:
«En el lugar donde se posó el OVNI se halló una depresión de seis metros de diámetro, gracias a que un tren que se aproximaba en el momento de la investigación provocó un gran estruendo al pasar sobre ella y tuvo que detenerse por miedo a descarrilar. No se nos dice cuál era la profundidad de tal depresión, pero en el artículo de «Vigía» se nos explica que las ruedas de los vagones patinaban sobre los raíles, debido a ese motivo, así que podemos colegir que serían unos quince o veinte centímetros, como mucho. En algunos travesaños de madera de esa depresión se hallaron huellas simètricas, cuya profundidad atestiguaba, según ingenieros de los ferrocarriles, que lo que se posó sobre ellos debía pesar treinta toneladas, por lo menos. Lo cuál, en realidad, es un peso bastante normal hablando de transporte ferroviario por lo que no explica por sí mismo dicha depresión. No se habla tampoco de que los travesaños pareciesen quemados e incluso en la foto disponible -la misma que aquí se publica- parecen normales. Sin embargo, es extraño que las piedras bajo esas traviesas de madera estuvieran carbonizadas o muy quemadas, tal como se dice en el artículo en inglés y parece corroborarse en el francés y en el portugués -el más completo-. Los raíles, aparentemente, tampoco fueron afectados. Sin embargo, el testigo encontró fragmentos de metal fundido en las cercanías del suceso».
Además toda la energía eléctrica de los alrededores quedó desactivada. ¿Qué clase de energía afecta así a unos materiales y a otros no? Esta pregunta me parece de lo más importante. Incluso descartaría la muerte del perro y la enfermedad del señor DeWilde, porque no podemos acreditar ninguna relación con el incidente, salvo la temporal. Hay que tener en cuenta, dentro del fenómeno OVNI, que en numerosos casos los testigos nos dicen que el objeto que veían desprendía un gran calor, incluso frecuentemente dejan marcas «quemadas» en el lugar de un supuesto aterrizaje, pero también es cierto que los bosques no arden a su paso. Es decir, que la «energía» cuyos efectos desprenden a su alrededor tiene efectos selectivos…
Por otra parte, lo de las vacas y la extracción de sangre siempre ha estado relacionado con el fenómeno OVNI, pero también resulta muy extraño. ¿Es necesario matar a las vacas? ¿Acaso no podrían conseguir el mismo volumen de sangre de distintos animales, sin tener que matarlos? ¿Y por qué vacas, con preferencia? Por más que tales «visitantes» se puedan considerar superiores, bien claro queda que no tienen sentimientos porque no parece que supriman la vida por necesidad. Hay, aproximadamente, unos treinta litros de sangre en uno de estos animales. Dime tú qué clase de muestra es ésa.
En fin, saludos a todos los paseantes. Hasta pronto.
Gracias por tu aporte LeRebel, en estos casos existen sin lugar a dudas, preguntas retóricas que mueven a la gente a pensar en situaciones, y como no, al escepticismo. Creo que casi nadie puede resolver este tipo de dilemas y preguntas, pero los hechos están ahí y en ciertas ocasiones podemos aceptar los datos presentados o documentados. Un saludo.
Hola Javier.
Felicidades por tu estupenda presentación con este interesante caso acontecido en nuestro país vecino.
Lo realmente lamentable fueron los efectos catastróficos para el inocente perro tras la exposición a la radiación del OVNI al igual que las horrorosas muertes de las vacas en otro alarmante caso de mutilación de ganado.
Siempre igual; vaciado completo de sangre sin prácticamente derramar ni gota.
Caso aparte la explicación poco imaginativa de los aeroplanos contrabandistas…
Me resulta bastante chocante lo de la cercanía de las vías del ferrocarril y las de las minas de carbón…
Me parece un punto de encuentro o de aterrizaje bastante desconcertante y peligroso; tanto para los ocupantes del OVNI, como para el propio vehículo y los posibles testigos…
¿Quizás estos extraños seres de escasa altura buscaran precisamente algo relacionado con las minas cercanas?.
Como he comentado en otras ocasiones; seria realmente interesante saber si al testigo se le realizaron radiografías para detectar posibles implantes…
Muchas gracias por compartir este intrigante e interesante artículo.
Un cordial saludo para ti, tocayo y para Vicente y el resto del equipo.
Hola, Javier.
Interesantísimo artículo de un caso que ya conocía, pero del que desconocía algunos detalles como lo de las vacas desangradas y la muerte del perro.
A mí también me parecía sumamente exagerado que un objeto de 30 toneladas dejara un hoyo de seis metros de profundidas, pero lo he atribuido a un error al escribir las medidas. Ahora veo, según lo que he leído aquí, que se trataban de seis metros de circunferencia; algo bastante más lógico. El caso es que me parece una experiencia que considero auténtica, y lamentar una vez más esas explicaciones absurdas que nos intentan colar para tomarnos por tontos.
Saludos, ufopolistas.
Gracias Jose. Cierto, siempre están intentando esconder estos casos tan influyentes y documentados. Seguro que hay más detalles por descubrir que no se documentaron o no sabemos, quien sabe…, un saludo.