En ufopolis nos encanta estudiar partes perdidas de las culturas antiguas de las que en ocasiones se encuentran vestigios y piezas del gran puzzle que es el fenómeno ovni. Películas como «El señor de los anillos» o «Thor», están basadas en curiosas leyendas en donde aparecen seres fascinantes y temidos que son capaces de protagonizar encuentros extraordinarios e interaccionar con el ser humano. En las historias que se contaban en la antigüedad se describe detalladamente una gran cantidad de extraños seres que habitaban nuestro mundo, y en esta ocasión vamos a estudiar a unas criaturas que están cobrando gran popularidad en nuestros días: los enanos.
Las principales referencias a estos seres aparecen en la mitología nórdica cuyas leyendas han llegado hasta nosotros gracias a las Eddas y las sagas nórdicas, compendio de relatos que se realizaron por escrito en la Edad Media con el objeto de su conservación ya que, hasta entonces, toda esta información se transmitía de manera oral. Las creencias, plasmadas en prosa, eran compartidas por los habitantes de países como Islandia, Noruega, Suecia, Escocia, Dinamarca y Alemania. En estos escritos, aparecen referenciados alrededor de 100 enanos diferentes.
Estos textos nos cuentan que los enanos, llamados Dvergr, son unos seres humanoides, extremadamente longevos, poseedores de una sabiduría secreta que les permite desentrañar los secretos de la tierra. Con frecuencia se les atribuye un carácter traicionero y codicioso. Se organizan en sociedades y viven bajo tierra, en montañas, acantilados o cavernas y en aquellos lugares donde puedan resguardarse de la luz del sol ya que si ésta llega a alcanzarles, corren el peligro de transformarse en piedra.
Físicamente, se les suele describir con el pelo negro, barbudos, siempre sucios y cubiertos de polvo a causa de los trabajos que desempeñan bajo la superficie, normalmente son feos e incluso deformes y de piel muy pálida, casi cadavérica.
Poseen poderes mágicos que utilizan para lograr sus fines y, en ocasiones, habilidades metamórficas que les permiten transformarse en cualquier animal y hasta en dragones en algunas de las leyendas. Curiosa la mención al metamorfismo y a los dragones.
Además de depositarios de una vasta sabiduría, poseen su propia lengua, una lengua oculta que ningún otro ser del universo nórdico conoce o utiliza y frecuentemente aparecen en los relatos como guardianes de enormes puertas de piedra, puntos de acceso a otros mundos. Al mundo de los dioses, al de los gigantes o al mismísimo inframundo.
Primeramente, y contrariamente a lo que la iconografía popular nos haría pensar, su altura es la misma que la de los seres humanos y algunos estudiosos los han identificado con otros seres populares en esta mitología: los elfos oscuros. No fue hasta el siglo XIII cuando se les comenzó a representar con baja estatura, la característica más representativa con la que identificamos a estas criaturas. Se piensa que este aspecto se implantó por motivos cómicos, para satirizarles posiblemente como consecuencia de la cristianización de las tierras germánicas.
Según la tradición, varía la forma en la que los enanos son creados; en un principio todos los enanos eran varones y nacían de la propia tierra, más adelante aparecerá la figura de la mujer enana que adoptará, sobretodo, el rol de hechicera o sacerdotisa. En el relato titulado ‘’Voluspä’’, los enanos surgen de la sangre y los huesos de los gigantes primordiales y en otras narraciones, aparecen de los gusanos de la carne descompuesta de otro gigante llamado Ymir. Una raza de seres sobrenaturales que parecen más relacionados con los gigantes que con los propios dioses o la raza humana.
Tras este acontecimiento, los dioses se reúnen y deciden darles forma e inteligencia. A raíz de esto tuvieron que dividir a estas creaciones en dos sociedades diferentes dependiendo de su carácter. Los de naturaleza oscura y traicionera fueron los elfos oscuros que poco después, se convertirían en los enanos, así se vieron obligados a vivir bajo tierra fuera del alcance de la luz del sol. Por otro lado, los que manifestaron un carácter benigno acabaron conociéndose como hados o elfos de luz, seres de gran belleza que gustan de cuidar de la naturaleza y encuentran un enorme placer en la danza.
Pero la gran característica que define a los enanos es su increíble habilidad para las artesanías pues se admiraba su amor por la minería y sus grandes dotes para la forja y la metalurgia. Refinando estas artes, los enanos diseñan y fabrican grandes armas y objetos mágicos para los dioses del panteón nórdico convirtiéndose en los responsables de la creación de los objetos más poderosos y las posesiones más valiosas de toda la mitología escandinava.
Así, por ejemplo, forjan la lanza Gungnir del dios Odín, un arma peculiar, ya que tenía la capacidad de alcanzar a cualquier objetivo sin importar la fuerza o la habilidad de aquel que la lanzara.
Otro extraño objeto resultante del trabajo metalúrgico y las habilidades mágicas de los enanos es el anillo Draupnir, un anillo de oro también perteneciente al dios Odín con la capacidad de multiplicarse de forma que cada novena noche, surgirán 8 nuevos anillos del primero todos ellos exactamente iguales.
Tal vez, el artefacto más famoso creado por enanos sea Mjölnir, el martillo del dios Thor y una de las armas más poderosas de las sagas nórdicas. Este objeto, en ocasiones garrote, hacha o martillo, posee una increíble fuerza ya que con él se es capaz de hasta destruir montañas. También se dice que emitía rayos y un sonido atronador, volvía por sí mismo a su dueño después de ser lanzado y gracias a él, Thor mantenía el equilibrio cósmico luchando contra los diferentes seres que poblaban el Universo según las creencias nórdicas.
Para el dios Frey crean el jabalí Gullinbursti que a pesar de aparecer como un ser vivo, es ‘’fabricado’’ en la forja de los enanos con la utilidad de poder volar por el cielo y navegar por el mar y cuyas hebras de la empuñadora son tan resplandecientes que iluminan la oscuridad. Así se narra en el Skáldskaparmál, un pasaje de la Edda prosaica:
‘’ Entonces Brokkr adelantó sus presentes: … a Freyr le otorgó el verraco, diciendo que podría desplazarse por aire y mar mejor que cualquier caballo, y nunca sería tan oscura la noche o la penumbra de las regiones oscuras como para que no hubiera suficiente luz a dondequiera que él fuera, tal era el brillo de su crin y sus púas’’
Pero de todos los objetos mágicos surgidos del ingenio de los enanos el más interesante es la nave Skidbladnir que fue construida por Dvalin, Brok y Eitri para el dios Loki que posteriormente se la regalaría al dios Frey. Una nave de tal envergadura que fácilmente podía transportar a todos los dioses con sus armas y su maquinaria de guerra, siempre que sus velas estuvieran alzadas y tendría viento favorable, podía viajar por mar y por tierra y también podía doblarse como si fuese una tela, hasta alcanzar el tamaño que la permitiera ser guardada en un bolsillo.
No es de extrañar que se admirasen los portentos tecnológicos de los enanos, artefactos con capacidades tales que los hombres no lo podrían haber tomado por otra cosa que por magia, y asistimos en los textos a la manifestación de estas obras descritas con el lenguaje de aquellos primeros hombres. ¿Cuán avanzado conocimiento científico les habrían otorgado los dioses y de qué otras maravillas serían capaces? La relación con los antiguos dioses y mitologías viene dada por múltiples claves dadas en este artículo. Metamorfismo, creación quizá genética a través de otros seres extraordinarios, alta capacidad tecnológica y vida bajo tierra.
Como dijo el escrito Arthur C. Clarke: ‘’Cualquier tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia. ’’