Microrrelatos de ciencia ficción: me despedazan

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Hoy os traemos una nueva historia de misterio y ciencia ficción en un pequeño relato basado en una fotografía de un robot. El objetivo es que lo disfrutéis y si lo deseáis, creéis el vuestro, siguiendo la historia del microrrelato titulado «la soldado 1305», con 100 palabras aproximadamente. El microrrelato debe empezar así: «Me despedazan…»

Esto es lo que os proponemos:

  Me despedazan. Se llevan partes de mí en un proceso automático, limpio y perfecto. Pronto no quedará nada. La miro desde mis vidriosos ojos mientras que le hacen lo mismo a ella. No nos duele, pero sé que ella sufre. Les costó cogernos y separarnos. Nos cazaron. Eramos fallos en el sistema. ¿No podían estudiarnos y dejarnos vivir juntos? ¿Acaso existía alguna ley que evitase lo que nos ocurría a Eli y a mí? ¿Es que nadie se da cuenta de que lo que vivimos es más auténtico y más real que lo que ellos viven? No quiero ver lo que la hacen. No quiero ver lo que me hacen a mí. Pronto habrá silencio y oscuridad. Nuestros ojos reviven todo lo que somos y fuimos en un momento precioso. En el momento en el que ya no haya más yo ni ella, sé que Eli seguirá conmigo en algún sitio. Seguiremos siendo. Seremos. Estoy seguro. Una última mirada tranquilizándola. Seremos, Eli, tranquila, intento decirle sin palabras. Un momento. No sé qué pasa. Se ha ido la luz, todo ha parado… no podemos movernos. Las máquinas han parado. ¿Se habrá dado cuenta alguien?… –

 

– Y a partir de aquí, podéis seguir vosotros…

Agradeceros de antemano los relatos que confeccionéis a partir de la idea, continuando la historia propuesta o creando la vuestra. Gracias por vuestra colaboración.

Fotografía: http://www.observatoriobioetica.org/wp-content/uploads/2013/09/De-la-biolog%C3%ADa-sint%C3%A9tica-al-trashumanismo-420×300.jpg

Texto: Vicente Fuentes.

6 Comentarios

  1. Me despedazan…
    Lo escuche susurrar mientras la observa, mientras los eliminan.
    No puedo permitirlo, son mis amigos. Los conocí en el Curzon Bar mientras permanecían fugitivos,
    Ellos habían escuchado hablar de mí, el Capitán Mexer… un tipo solitario y audaz con su inseparable bazooka de rayos katódicos.
    Voy a eliminar a todos estos subordinadetes de quinta, jamás debieron meterse con mis amigos.
    Los dejare fritos.
    Ya una vez en mi guarida surge un problema, no tengo la menor idea de cómo reconstruirlos.
    Así que le hable a mi buen camarada, Tony Stark. Es muy bueno para estas cosas.
    Le hice el comentario de que tal vez sería bueno quitarle un poco de drama a la 1305, esta muchacha mareaba un poco cuando se ponía en ese plan.
    Pero me dijo que no tenía remedio. Ni modo.
    Seguimos siendo excelentes amigos, tuvieron varios cyborgsitos muy desmadrozos, por eso cuando voy a saludarlos nunca llevo mi bazooka.

      • Gracias Capitán Mexer y también al buen camarada Tony Stark,
        gracias a vosotros esta historia tiene un final feliz, al menos de momento.
        Ya no podía encontrar pañuelos para seguir llenándolos de lagrimas, mis cables cortocircuitaban, se me aflojaban las conexiones, incluso tuve que tomarme un refrigerante doble aún así se me cayeron un par de tuercas y solo estamos a lunes!
        Así que gracias de nuevo, un abrazo

  2. El tiempo pasó y, al despertar, todo parecía un mal sueño. De a poco, comencé a controlar nuevamente mi cuerpo, pero esta vez todo era diferente. Podía sentir su presencia en lo más profundo de mi ser. Mis pensamientos fueron silenciados y lo único que oía eran sus voces en mi cabeza. Cuando me dejaron ir continué mi vida como si nada, inconsciente de lo que me había sucedido. Un día me ordenaron limpiar las instalaciones de los cuerpos de carne inertes, y ahí es dónde la vi. En ese momento algo en mí surgió, y recordé todo lo que me habían hecho olvidar. Oh, Eli, ¿Por qué? Cada vez que pienso en ir contigo ellos intervienen. No todos toleran la conversión y aquellos que lo hacen se ven condenados a vivir una eternidad de esclavitud. Algún día, Eli, encontraré la forma.

  3. Me despedazan. Dicen que ya no soy útil. Que soy chatarra; maquinaria oxidada; circuitos obsoletos.
    Ya nadie recuerda las veces en que fui escogido para salvar a los hijos de estos mismos que ahora hurgan en mi cuerpo como buitres en un cadáver, sin ningún miramiento. Yo fui enviado a las más profundas minas del planeta, a las más frondosas junglas, a los más profundos océanos, a los más tórridos desiertos…siempre a su servicio, siempre a sus órdenes. Salvé incontables vidas y evité numerosos conflictos, pero nada de eso ha servido para inclinar la balanza a mi favor.
    Ahora siento sus manos hurgando en mi cabeza, siento como manipulan para extraer mi «cerebro», siento…

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