Microrrelatos de ciencia ficción: la soldado 1305

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Hoy os traemos una nueva historia de misterio y ciencia ficción en un pequeño relato basado en una fotografía. El objetivo es que lo disfrutéis y si lo deseáis, creéis el vuestro partiendo de una base de aproximadamente 100 palabras.

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El microrrelato debe empezar así: La soldado 1305…

Esto es lo que os proponemos:

La soldado 1305 fue encendida el 24 de Enero de 2196, en plena época glaciar. Yo la llamaba Elizabeth. Tenía esa manía rara por dar nombre a todas las que creía que me miraban, desde mi puesto de jefe de control de calidad. Pero ésta era diferente. Vi que no quería haber nacido así. Como si supiera la dependencia de su cuerpo por la sustancia de nuestra macrocorporación antes incluso de cargar sus programas de memoria. Sabía que sería una esclava. Sabía que la mandarían a cualquier colonia espacial ingrata. Ese momento en el que desapareció en la unidad de montaje. Ese cruce de miradas. Me sentí descompuesto y eso estaba prohibido, así que decidí escaparme con ella antes de que vinieran los policías que perseguían a todo aquel que sintiese algo de eso que antes llamaban amor…

 

Fotografía: http://revista.escaner.cl/files/futuro-3.jpg

Texto: Vicente Fuentes.

7 Comentarios

  1. La soldado 13 05. Soy la soldado 13 05. Estoy en Lacuna Inc. Soy propiedad de Lacuna Inc. Una androide del tipo Slave/F8. Me acaban de encender. Los humanos llamarían a este momento ‘nacimiento’. Empieza a grabar mi e-consciencia a la espera de que mi memoria general se cargue.

    Qué ojos. ¡Qué ojos! Me mira como si me hablara. Parece un jefe de sección menor. Siento algo que sé que no debo sentir. Lo llaman anomalía. Soy diferente. Parece que él comprende que soy diferente. Él es diferente. Ojalá pudiera transmitirle que entiendo el lenguaje de sus ojos. Lo intento mientras le pierdo de vista. Tienen que completar mi coraza. Ésa que él ya ha atravesado.

  2. Saludos desde Puerto Rico Vicente, me ha encantado tu relato, y la versión de la chica también está maravillosa. Deberías de unificarlas jeje.

  3. La soldado 1305 tenía la anomalía. Se la habían introducido, antes de descargar su e-consciencia, en un nanocircuito de la visión para que fuese indetectable o eso esperaban.
    Los cyber.soldados eran las únicas posibles armas de rebelión que les quedaban. Desde el primer intento de hacia 9 años, con el primer robot de la serie X118, que tendría que haber sido un aliado de la resistencia, pero que lo que hizo fue declararse independiente de la raza humana antes de ser desconectado por el ejercito de las corporaciones,habían cometido dos errores más y aprendido bastante de esos fracasos. La anomalía empática iría desarrollandose desde el mismo momento en que la soldado 1305 abriese los ojos por primera vez y su mirada se cruzase con la de un ser humano.

  4. La soldado 1305?… claro que recuerdo su historia. Encontró a un maniático igual que ella, de esos androides que les encanta meterse en problemas. Fugitivos en esta galaxia y mil más. Cuentan que fueron capaces de enamorarse. Lo cierto es que luego de sublevarse se inicio toda una revolución. Se reclamaba el derecho a amar. Acontecieron hecatombes sociales mientras se desgarraban gargantas biomecánicas con el lema: All is full of love. A esos dos lo único que les importaba era estar juntos.
    Tal vez, porque era un estado de genuina libertad el que compartían.
    No les duro mucho, los eliminaron al poco tiempo.
    Aun así…es por lo único que vale la pena morir.

  5. La soldado 1305 y yo huimos al microplaneta 7 donde nadie se atreverá a venir a buscarnos.
    Retozamos desnudos sobre el musgo fresco en los micro amaneceres azules y pasamos los días libando el néctar de las flores gigantes que nos sirven de lecho. Las hadas que al principio nos trataban con desdén gatuno, ahora tocan sus pequeñas flautas de cristal para que mi hermosa Elisabeth cante con su voz de contratenor, El presente Iinfinito nos envuelve a cada instante de amor y libertad.

  6. La soldado 1305 era diferente. Todos lo notaban en cuanto la veían. Aparentemente, era otro cyborg de combate más; otra máquina de matar más. Pero había algo en sus ojos artificiales, un «no sé qué» distinto en su mirada metálica, que cautivaba a todo el que la miraba, ya fuera humano o cyborg. Y ese algo se metía en las mentes de todos, se introducía en ellas como un virus y se propagaba con rapidez por los circuitos neuronales, haciendo que los «infectados» perdieran la razón (o se cortocircuitaran, en el caso de los cyborgs) y haciendo que se produjera el caos. Sí, la soldado 1305 fue el principio del fin…

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