Las precipitaciones y tormentas que se dan en el Reino Unido no se diferencian en nada a las que puedan producirse en otros lugares del mundo. Sus efectos son los mismos en todos los sitios. Los rayos que caen en Nazca, en Múnich, o en Tokio, no se diferencian de los que caen en Wiltshire. El fenómeno de la caída de los rayos es constante en el clima de la tierra.
Los efectos estudiados de la caída de los rayos han sido estudiados por la ciencia moderna, exponiendo la siguiente conclusión: Se produce una destrucción del terreno, por el tremendo impacto calorífico y eléctrico del propio rayo. Se suelen producir incendios que calcinan el lugar de impacto llegando a alcanzar temperaturas de más de 500 grados a la intemperie. Ni una sola planta aguantaría este tremendo impacto calorífico de manera continuada, y el caos resultante nunca se asemeja al orden de los círculos del maíz aparecidos y tomados como reales. Este hecho puede ser contrastado con imágenes de la destrucción ocasionada por la caída de un rayo eléctrico. El efecto de la caída de un rayo, en el mejor de los casos en el que no se calcina el 100% del terreno en un radio de 10 metros, deja unas marcas de tres metros. Esto ocurre muy pocas veces, ya que los rayos suelen caer en superficies altas y afiladas, que conducen mejor la electricidad. Con respecto a las centellas, son esferas luminosas tan brillantes como las lámparas fluorescentes cuyo tamaño varía desde algunos centímetros a varios metros de diámetro. Su duración también varía desde unos pocos segundos hasta unos minutos.
Algunas centellas se desvanecen poco a poco y otras desaparecen abruptamente y, en ocasiones, explotan. El fenómeno toma cuerpo en condiciones especiales y su materialización es instantánea. Algunas veces parece que el destello es continuo y, otras, intermitente. Vamos a partir de la base de que este fenómeno eléctrico siempre viene de la mano de las tormentas.
Siguiendo las investigaciones actuales de meteorología, el fenómeno de las centellas es algo casual, con muy pocos casos de aparición, y siempre mostrando un movimiento caótico. Las pocas veces que han podido ser vistas a ras de suelo siempre han sido apariciones fugaces, y nunca ha habido señal alguna de que el campo, o el terreno recorrido unos metros por debajo de esa centella, estuviese afectado. Si es un fenómeno tan raro, volvemos a lo mismo, ¿cómo explicar por ejemplo, los 73 casos de Inglaterra en el año 2009? ¿Acaso todas esas noches había tormenta de verano en Inglaterra? ¿Acaso hay centellas y rayos todas las noches del verano en Wiltshire? Lo cierto es que la respuesta es negativa, y le doy un ejemplo: en Inglaterra el índice de tormentas eléctricas del verano de 2009 en Wiltshire fue completamente despreciable, siendo éste el verano con más diseños aparecidos de la historia.
No hay relación alguna entre la aparición de los crop circles y las centellas. Tampoco con los rayos. Debemos seguir planteando este enigma desde otros puntos de vista.