La libertad de la belleza.
Los círculos de Inglaterra son libres, y su mensaje también lo es. Pero ese mensaje no llega a los habitantes de la tierra. El delito de ocultar, o de no dar pie a esta información por parte del periodismo mundial ha sido una consigna a lo largo de este fenómeno, pero a nivel existencial, es un pecado mayor. ¿Se imaginan que El Museo del Louvre ocultase a la Mona Lisa con un manto para que nadie pudiera verlo, o que el alcalde de Barcelona pusiese una tela gigantesca sobre la Sagrada Familia para ocultarla? Impensable para todas las cosas bellas de este mundo menos para las relacionadas con los Ovnis.
Un delito mayor al menospreciar a nivel de especie, un contacto tan directo. Un delito a nivel moral que va contra el orden del universo del que formamos parte.
Si cada uno de los pentágonos aparecidos muestra el número de la belleza de manera perfecta en simetría y proporciones, entonces siendo una comunicación de una civilización a otra, sería la forma más bonita de comenzar una relación. Expresando belleza. Expresando simpleza a través de matemáticas perfectas.
Empezamos en la geometría del 5 y acabamos en el 6. Incluso dentro de los agroglifos de Inglaterra existen ciertos momentos en los que la imprevisibilidad hace aparición. Todo es perfecto menos uno de los brazos. La armonía se rompe, aunque se rompe de manera perfecta.
Diseño aparecido en 1999 de una flor irregular
Es una bonita metáfora de las sensaciones que produce el fenómeno. Un manto de perfección con un ápice de locura. Un orden en el que estamos, un orden que contemplamos, que se escapa de la razón y que expresa una idea para algo, por algo.
El dibujo de un niño ante la definición de belleza cierra este reportaje realizado en cuatro partes. Se le pidió algo bello, y dibujó una flor en un pentágono. Una forma pura de comunicación que también está siendo empleada por otra civilización aunque nos cueste un mundo reconocerlo. La belleza nos llama a través de los círculos del maíz… ¿sabremos contestar la llamada? Esa decisión corre a cargo del lector, y de su apreciación sobre estos bellos, inquietantes y poderosos pentágonos de maíz.